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Comen mazacotes y visten soso, su música es infrahumana y nuestra idea de ellos se resume en cinco puntos: chaparros, feos, racistas, tramposos y clasistas. Más chaparros, más feos y más todo que nosotros, que ya es mucho decir. Sus locutorios están por todas partes y la cohabitación todavía es compleja; pero que da igual, que la culpa es nuestra por ir allá primero y que lo que importa aquí y ahora es que los peruanos que escriben bien escriben mejor, más sueltito y con más exactitud, que los españoles que hacemos lo propio. La literatura andina está de moda y su materia prima, además, se impone y nos vence. Aquello es la selva y ellos tienden al ancestro. Eso se nota incluso en un ensayo sencillo como Los Rolling Stones en Perú, donde el escritor Sergio Galarza y el periodista Cucho Peñaloza desgranan las idas y venidas de la banda al país de los incas. Jagger mamando cachaza, las presunciones de una vedette, la desidia de algún promotor venido a menos y mucha ruta de hotel en hotel. El cuerpo central del libro resume en pildorazos la carrera intermedia entre la llegada a Perú de Mick Jagger, Keith Richards y Anita Pallenberg en 1969, en busca de “magia”, hasta el rodaje, ya entrados los 70, de Fitzcarraldo, la película de Werner Herzog donde Jagger tenía un papel que jamás llegó a verse. Así de entrada suena a más de lo mismo, pero la anécdota y la minucia se sobreponen a la historia sabida y un tono general contagiado de primitivismo hace del libro una espléndida nota al pie en la vasta bibliografía sobre los Rolling -que decimos aquí- o los Stones –que dicen ellos. Galarza escribe con excelencia, se da un margen para la especulación y justo ahí, en el ladillo, funda esta búsqueda de no-ficción tras cuya lectura permanecen imágenes magníficas como la que titula uno de los capítulos: “(De vuelta en Lima) Mick Jagger habla francés con una joven en la playa”. Guste o no la banda, la investigación se resuelve en un libro grato, telúrico a ratos, que perfila la colección Pequeños tratados de la editorial cacereña Periférica en una edición austera y operativa en todos los niveles: tacto, aroma, gramaje, presencia y gusto.

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